miércoles, 19 de agosto de 2009

Nueva web de LinguaTrans

Estamos de enhorabuena (pero poco), ya que nuestra agencia de traducción estrena web con nuevas tarifas de traducción. Desde él se puede solicitar fácilmente presupuesto de traducción.

martes, 10 de febrero de 2009

Sweeping for house - La figura del traductor audiovisual

Con este artículo se inicia la saga sweeping for house, que pretende reflexionar (pero poco) sobre el mundo de la traducción y, sobre todo, de los traductores.


“Qué rara suena la voz de ese actor en inglés”, se oye con frecuencia en los hogares españoles. No se trata de la reacción de extrañeza al escuchar la voz con que se ha doblado al inglés a un actor español, sino todo lo contrario. En España estamos tan acostumbrados al doblaje que el espectador medio, sin grandes conocimientos de idiomas, pero sobre todo sin grandes inquietudes acerca de lo lingüístico, atribuye de forma inconsciente la voz del doblador al actor correspondiente. Hasta tal punto que, en las contadas ocasiones en que oye la verdadera voz del actor en películas subtituladas, entrevistas con interpretación simultánea o voice over, etc., nuestro amigo el espectador medio se sorprende, extraña y hasta indigna por tener que hacer el esfuerzo de leer los subtítulos o por ver a su tan amado actor hablando "raro". Al observar este curioso fenómeno, se me ocurren (they happen to me) dos conclusiones fundamentales.


En primer lugar, el hecho de que en España se doble, y no subtitule, la gran mayoría de las películas es a la vez causa y consecuencia del bajo nivel de conocimiento de idiomas que tenemos. También es a un tiempo causa y consecuencia del escaso interés que históricamente hemos tenido hacia lo extranjero, que no sólo etimológicamente relacionamos con lo extraño.


Y eso que contamos con grandes profesionales en el sector del doblaje. Por un lado, excelentes traductores audiovisuales procedentes de las nuevas titulaciones de Traducción e Interpretación, algunos de los cuales incluso consiguen un trabajo digno.


Por otro, magníficos ajustadores, que cada vez con mayor frecuencia son los mismos traductores, aunque abundan los casos en que se prima el ajuste sobre la calidad idiomática de los diálogos. Es decir, que se trata ante todo de mantener viva la ilusión, de conservar el efecto óptico-lingüístico gracias al cual el espectador tiene la sensación (¡cuando no está convencido!) de que el actor habla realmente en español. A veces queda en segundo plano el hecho de que el texto suene más a traducción automática que a diálogo natural en nuestro idioma. Por no hablar de las risas, toses e interjecciones varias que no se doblan, en las que se nota con claridad que es el actor original quien las emite, y todo ello para que el estudio ahorre unos euros en la traducción a costa de los honorarios del traductor y de la satisfacción del público. No obstante, hay que reconocer que este último no parece protestar en exceso, al igual que acepta otros abusos como consumidor por su escasa conciencia del poder que podría ejercer como colectivo.


En tercer lugar, contamos con magníficos actores de doblaje, aunque últimamente se observa cada vez más un doble intrusismo: actores no profesionales con los que en ocasiones se cubren pequeños papeles, sin que parezca importar la rancia sensación en la película dejan sus esporádicas intervenciones; también actores de exitosa trayectoria en televisión, metidos a dobladores improvisados como reclamo taquillero, con desigual calidad en el resultado artístico.


Mi segunda conclusión es que, una vez más, queda constancia de que el traductor no es sino la mano invisible que hace posible el entendimiento, y por tanto el disfrute, de todo tipo de textos, en este caso audiovisuales. Y así debe ser en parte: invisible en cuanto a que produce un texto a partir de otro teniendo en cuenta la intención, el contexto, las referencias culturales y semióticas y todo lo relativo al original. Si me permiten la banal metáfora, "invisible" como cuando se dice que un árbitro ha pasado desapercibido por sus acertadas decisiones durante un encuentro del deporte nacional (y no me refiero a llamar desde el trabajo). El problema es que su invisibilidad va mucho más allá. Para el público general, cuando sale de una sala de cine (o de una sala de estar, portátil en ristre), probablemente la última persona hacia la que dirige sus pensamientos de admiración, respeto, odio, desprecio, etc., según su valoración del material que acaba de degustar, es "El hombre extraño", como reza la tonada de Silvio Rodríguez: el traductor.


Ese espectador medio, que no duda en hacer ostentación de su nivel de inglés "medio" en su currículo, no habría sido capaz de entender dos palabras seguidas si no fuera por todos los profesionales que participan en el proceso de traducción, en este caso doblaje. Si se me permite la licencia, y sweeping for house, especialmente gracias al traductor. Y, sin embargo, la figura del traductor permanece excesivamente invisible. O peor: se es consciente de su presencia, pero como un elemento más de la cadena que no influye en la calidad del resultado final, como sí se acepta que influyen desde el director hasta el último extra, por ejemplo. No suele ser objeto de alabanza ni crítica. Normal: "traducir, lo hace cualquiera".


En nuestra mano está llevar al traductor al lugar que se merece, empezando por exigir condiciones dignas de trabajo y reconocimiento profesional. Sueño con que algún día, al ser preguntado por mi profesión y responder "traductor", no se me replique con el consabido "¿eso qué es?" y "vale, pero… ¿qué traduces?"


Cuando comprendo que mi interlocutor cree que las pelis ya vienen traducidas, dan ganas de darle una palmadita en el hombro, sonreír y contestar al oído un cariñoso "claro, y nacen de Internet".



Alberto Ruiz coordina la agencia de traducción LinguaTrans, una red de traductores autónomos en España y "hasta incluso" en otros países.

Sweeping for house

Como buen paratraductor de los del primer grupo (los que estamos "junto a" los traductores), presento una serie de artículos (de momento, la nada desdeñable cifra de uno) que pretenden... pues eso, barrer para casa.

Si estáis interesados en publicarlos por ahí, os pediría dos pequeñas peticiones (o dos "petit-ciones"):

-Que los publiquéis enteritos, con el enlace que va al final. Es por una buena causa (o no): una panda de traductores autónomos que nos hemos arrejuntado con el nombre de LinguaTrans para intentar poner en contacto a buenos traductores con buenos clientes, si los hubiere.

-Que nos lo comentéis para avisar a nuestras mamaes (o mamases), que les hace ilusión encontrarnos por los Internetes.

-Tenemos versión reducida envuelta para regalo de cada artículo si no queréis publicar el tostón entero.

-Queremos publicar aquí y en nuestra güeb www.linguatrans.com otros artículos de otros paratraductores.

-Y ya.

Presentacionamiento

para-.

(Del gr. παρα-).


1. pref. Significa 'junto a', 'al margen de', 'contra'. Paracronismo, paráfrasis, paradoja.

http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=para

Familiares y amigos, paratraductores todos.

Me llamo Alberto Ruiz y... soy traductor y paratraductor.

Como veis, nuestro amigo el DRAE nos ofrece tres acepciones del prefijo "para". Me ubico en la primera, desde la que pienso atacar a las otras, pero el blog está abierto a ambas tres posturas.

Como ansioso padre, esperaba el día previsto del nacimiento. Han sido meses de nervios e incertidumbre, pero por fin ha sucedido. Y ha sido... ¡blog!

Pasen sin llamar, publiquen, comenten e intervengan.

Total, es gratis...